La calificadora de riesgo Moody’s Investors Service reafirmó las calificaciones senior no garantizadas y de emisor a largo plazo en moneda local y extranjera de Ca del gobierno de Argentina. En este nivel de calificación, la perspectiva se mantiene estable e implica que es poco probable que las condiciones crediticias generales mejoren materialmente. En consecuencia, las pérdidas esperadas se mantienen alineadas con las asociadas con una calificación de Ca, que incorpora pérdidas del orden del 65% para los inversionistas.
La perspectiva estable refleja las expectativas de Moody’s de que es poco probable que las condiciones crediticias generales mejoren materialmente y, en consecuencia, las pérdidas esperadas se mantendrán alineadas con las asociadas con una calificación Ca.
El comunicado, la calificadora reportó que la decisión de afirmar las calificaciones de Ca
equilibra el acceso limitado al mercado, la débil gobernanza y el historial de reestructuraciones de deuda recurrentes de Argentina con los esfuerzos recientes para organizar medidas fiscales y monetarias para comenzar a abordar los desequilibrios macroeconómicos subyacentes en el contexto del programa del FMI que se aprobó a principios de este año. .
“Los techos en moneda local y en moneda extranjera se mantienen sin cambios. El techo en moneda local de Caa1 está tres escalones por encima de la calificación soberana, lo que refleja el grado de intervención del gobierno en la economía y el respeto comparativamente bajo por el estado de derecho. El techo de moneda extranjera Caa3 está dos escalones por debajo del techo de moneda local y refleja el alto riesgo de los controles de transferencia y convertibilidad en caso de incumplimiento”, explica el documento.
Entre otros factores, Moody’s analiza que Argentina tiene una larga historia de formulación de políticas crediticias negativas y actualmente enfrenta una serie de desafíos macroeconómicos que probablemente prolonguen los riesgos crediticios existentes.
“La falta de acceso al mercado y los persistentes desequilibrios macroeconómicos continúan
socavando el perfil crediticio soberano. A pesar de que Argentina ha firmado un acuerdo con el FMI, la falta de consenso político sobre el ritmo y la dirección de la consolidación fiscal probablemente obstaculizará la capacidad del gobierno para cumplir con los objetivos de manera consistente durante la duración del programa”, concluyen desde la calificadora.
La falta de acceso al mercado adecuado y constante sigue siendo una de las principales restricciones crediticias de Argentina. Además, la inflación proyectada por Moody’s alcanzará el 85% en 2022 y el 80% en 2023, con riesgos al alza para ambas proyecciones. La inflación es muy susceptible a las perturbaciones del tipo de cambio y una devaluación abrupta, como la provocada por la falta de suficientes reservas internacionales para defender la moneda, impulsaría la inflación aún más.
Las reservas internacionales se situaron en US$ 37.600 millones el 21 de septiembre. Esto representa un aumento de US$ 1.000 millones desde principios de mes después de que el gobierno anunciara condiciones más favorables para ciertos exportadores que vendieron dólares al Banco Central para aumentar las reservas generales, pero las reservas utilizables son mucho menores. El número bruto incluye swaps de divisas, ciertos depósitos del sector privado y préstamos bilaterales oficiales. Excluyendo estos elementos, Argentina queda con reservas netas de menos de US$ 2 mil millones.
Por último, remarcan que el cumplimiento de las metas pactadas con el FMI será un desafío significativo para Argentina, dadas las diferencias políticas dentro de la coalición gobernante sobre el ritmo de la consolidación fiscal. Moody’s estima que el déficit primario para 2022 y 2023 incumplirá las metas del FMI, alcanzando 2,7% y 2,3% del PIB respectivamente.